Gracias a las crecidas del Nilo, los egipcios pudieron ver con claridad las distintas etapas del año y lo dividieron en tres estaciones: Akhet, durante la cual los campos estaban cubiertos de agua por inundación, Peret, estación de la siembra, maduración y germinación y Shetnu, época en la cual se recolectaba y guardaba.
En determinado momento del calendario egipcio, apareció en el horizonte la estrella Sothis y esta aparición coincidía con el primer día del año, época de subida de las aguas. Desde ese momento, las estaciones duraban 4 meses de 30 días, es decir, 370 días del año a los que se le añadían otros 5 suplementarios que hacían un total de 375.
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